Campos de cultivo

El paisaje de Mallorca está cubierto de granjas, que producen gran cantidad de alimentos emblemáticos de Mallorca.

Las almendras y las aceitunas son las más famosas, con extensos olivares que producen aceite de alta calidad bajo la Denominación de Origen Oli de Mallorca. A finales del invierno, la isla se cubre de flores blancas y rosas de almendro, que se hornean en pasteles de almendra, se convierten en granizado de almendra e incluso en licor. Todos estos productos de almendra se pueden encontrar en cualquier panadería y bar de la isla, y merece la pena probarlos.

La viticultura ha experimentado un renacimiento significativo, con variedades de uva locales como Manto Negro y Callet que producen vinos distintivos y reconocidos internacionalmente. En el fértil "Valle del Oro" que rodea Sóller prosperan los cítricos, sobre todo naranjos y limoneros. Otros cultivos importantes son el resistente algarrobo, cuyas vainas han encontrado nueva vida en los alimentos saludables, y las renombradas patatas de Sa Pobla.

Se ha producido un importante abandono del ganado vacuno en favor de la cría de ovejas y cabras. La ganadería requiere pastos extensos y ricos en agua, que son escasos. En cambio, las ovejas y las cabras se adaptan perfectamente al paisaje montañoso y al matorral mediterráneo, y prosperan en una vegetación que no es apta para las vacas. Este cambio favorece la apreciada producción local de quesos artesanales(formatge mallorquí) y platos tradicionales de cordero. Las vacas se encuentran ahora principalmente en la isla de Menorca.

Existe un poderoso movimiento de recuperación del patrimonio agrícola a través de los cereales antiguos, entre los que destaca el trigo xeixa. Esta variedad rústica y autóctona fue en su día la espina dorsal de la producción panadera de la isla, pero estuvo a punto de perderse con la llegada de los cultivos modernos de mayor rendimiento. Valorada por su resistencia natural a la sequía y su capacidad para crecer en suelos pobres, la xeixa se adapta perfectamente a las condiciones de Mallorca. En los últimos años, un renacimiento liderado por panaderos y agricultores locales la ha resucitado. Apreciada por su sabor a nuez y su menor contenido en gluten, es ahora el ingrediente estrella del tradicional pa pagès (pan payés), lo que representa una vuelta a los cultivos sostenibles y autóctonos. No es tan fácil de encontrar en los grandes supermercados, pero muchas panaderías locales tienen pan de Xeixa, que merece la pena probar. Se hornea tradicionalmente sin sal, así que es mejor disfrutarlo con un poco de sal y aceite de oliva al lado.

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